viernes, 12 de febrero de 2016

Qué es la Nada en Física. El desencuentro entre la Ciencia y la Nada absoluta.

Nothing

Una de las críticas más habituales a la física, y que se volcó especialmente en el libro de Lawrence Krauss “Un universo de la nada”, es aquella que dice, que no es cierto que se pueda explicar cómo emerge el universo de la nada, de hecho, en el libro de Krauss, no encontramos más que elementos preexistentes al universo durante todo el ensayo, nunca parece que se llega a la tan ansiada explicación de por qué hay algo en lugar de nada.
Esta crítica está fundada en la incomprensión de lo que en física se entiende por nada; ¿acaso la física ha trastocado el concepto de nada para sus intereses, o es que la confunde con el vacío?
 Pues ni una cosa ni otra, vamos a ver en este artículo, como el concepto de nada, en física, y en la ciencia en general, tiene un tinte muy distinto.
Necesitamos primero atender a dos cosas, la definición intuitiva que todos manejamos de la nada, y nuestra tendencia a buscar un contexto universal a todo.

La Nada dentro de nosotros

¿Qué entendemos todos, de forma intuitiva, no razonada, por “nada”?. (Vamos a dejar de lado los conceptos razonados filosóficos, pues estos los podemos encontrar de forma resumida en la Wikipedia (Nada /Nothing))
De forma intuitiva, para nosotros, la nada podría definirse como aquello de lo que nada surge, o nada puede surgir  
Demostrémoslo de forma rápida, pensad qué es lo que nos viene a la cabeza cuando alguien nos dice “Si tenemos nada, es decir, no hay espacio, ni  tiempo, entonces es factible que se produzca una fluctuación cuántica de la que puede surgir un universo”; lo primero que nos viene a la cabeza es “Bueno, si no hay nada ¿de dónde sale la fluctuación cuántica?” 
Esta pregunta interna es inevitable; si no hay nada, y aparece A, entonces, para que haya aparecido A, algo tenía que haber; siempre necesitamos explicar un origen, y por lo tanto si algo surge es porque algo había…es decir, de la nada, nada se crea.
Mi admirado Richard Dawkins dice que cuando se pregunta “Por qué” se está buscando siempre un propósito; yo no lo comparto, lo que se busca es principalmente un origen, lo llevamos en el hardware, y es uno de los motivos por los que, como especie, hemos llegado hasta aquí. 
Por lo tanto, carece de sentido tener este concepto de nada, y esperar que un libro de ciencia nos sorprenda; es imposible.

Nuestra tendencia a buscar contextos universales

Debemos ser conscientes de nuestra tendencia a  universalizar; hace 2600 años una de las preguntas clave era, ¿por qué la tierra no cae? El motivo de esta pregunta era que la gravedad tenía como contexto algún alejado punto universal, o sea, que se entendía como un elemento que afectaba a todas o casi todas las cosas existentes de idéntica forma que lo hacía con los hombres y los objetos del planeta…todo debía de caer “hacia abajo” y la tierra no debía de ser una excepción.
 A pesar de haber en Grecia gente extraordinariamente brillante, como Anaximandro, nunca se pensó en contextualizar la gravedad a elementos más cercanos como podría ser nuestro planeta; si la tierra no estaba sujeta por dos tortugas gigantes, o por Atlas, o por elefantes, o por agua ilimitada (soluciones estas demasiado estrambóticas), y según las evidencias que tenían entonces estaba claro que la tierra no estaba cayendo (en el concepto que tenían ellos de caer), a la fuerza tenían un enigma muy embarazoso…y este enigma estuvo coleando durante siglos, y no terminó de solucionarse oficialmente (y hago énfasis en lo de oficialmente, pues la idea ya se movía por el ambiente desde hacía mucho tiempo, y lejos quedaba la pregunta griega) hasta que Newton encontró un contexto que resultó muy práctico para la gravedad, a saber, toda masa; la gravedad era, de alguna manera, provocada por la materia.
 Más tarde, con la teoría de la relatividad general, el contexto de la gravedad pasó a ser el propio espacio tiempo en su conjunto.
La idea es pues la siguiente. Para nosotros, todo lo que no existe y después existe (hace 200 años yo no existía, y ahora existo) es respecto al espacio tiempo, no tenemos más experiencia sobre la no existencia y la existencia que la que observamos respecto a nuestro universo, pero aun así, igual que hacíamos con la gravedad, hemos universalizado el contexto del origen, no solamente lo suponemos a las cosas de nuestro alrededor, si no que se lo suponemos al propio universo (un origen desde la no existencia) y a todo lo que existe sea lo que sea, por lo tanto, esto nos obliga a buscar un súper contexto, y este contexto es la nada más absoluta.
Esta nada absoluta tiene un inconveniente importante, como lo tenía, a su manera, hace milenios, ese punto universal generador de la gravedad.
 El problema es que no hay manera de imaginar cómo puede salir algo de la nada; no importa que supongamos que en la nada aparecen partículas por la cara, siempre vamos a precisar un “¿por qué?” No es de extrañar, pues, que ante la idea de la nada más absoluta, muchos piensen que necesitamos nuestros propios elefantes, tortugas o Atlas, o sea, el concepto de dios. 
Este concepto es excesivamente complejo para poder ser tratado por la ciencia, por lo que no es una hipótesis aceptable hoy en día.


La Nada en la física actual

Nuestro universo no es temporalmente infinito, tiene un principio, y el problema es, de entrada, sin evidencias de ningún tipo, confundir este principio con un origen (un origen cómo nosotros entendemos que es, es decir, como el que vemos en la naturaleza, paso de no existencia a existencia), lo que nos lleva a dos extremos, o bien pensar que estaba contenido en algún contexto físico que lo generó, o bien en la nada más absoluta…¿por qué? ¿No sería más sensato empezar contextualizando la nada e ir haciendo predicciones sobre nuestras evidencias? Pues sí, y eso es lo que precisamente hacen los científicos.
La forma de operar de la física con el concepto de la nada (y en contraposición de la existencia) es contextualizarlo a elementos más cercanos en su lento caminar. Un ejemplo lo encontramos en lo que comenta Lawrence Krauss en un debate en Estocolmo del 2014; Kraus dice (no expongo literal): “…cuando veo un fotón salir de una lámpara, ese fotón emitido por un electrón no estaba antes de ninguna manera, no estaba escondido en el electrón, ni en la resistencia de la lámpara, el fotón es creado de la nada”.

 Esta es una contextualización de la nada, fijaros que muy lógica, porque el fotón no está hecho de partes de otros electrones, ni es resultado de la transformación de materia alguna…por supuesto podemos decir que el fotón es resultado de la conservación de la energía, o podemos decir que existe un campo, y que el fotón no es más que una excitación de éste debido al encuentro del electrón (otra excitación) con la resistencia, pero estas observaciones vienen a posteriori, una vez se ha asentado el contexto de nada; el campo es un concepto clásico que viene a rellenarla (tendiendo como marco el espacio tiempo).  Aquí tenemos una contextualización  muy importante.

Cuando decimos que de un vacío aparecen partículas virtuales, aun cuando efectivamente hay un vacío y no una nada absoluta, las partículas que aparecen no estaban en ese vacío, siquiera son partes de ese vacío, las partículas aparecen de la nada…esta es otra contextualización.

Cuando decimos que en el caso de no haber espacio, ni tiempo,( y por lo tanto ni materia ni radiación), indefectiblemente, se produce la aparición de todo ello, y que muy probablemente la energía sea cero en su totalidad (es decir, que lo mismo da, nada que todo), de nuevo estamos  contextualizando la nada; y no importa si esto está ocurriendo en un medio que no sea la nada absoluta, por ejemplo en un multiverso… estas cosas vienen a posteriori, siempre, siempre, como predicciones de teorías basadas en evidencias. Y es que no podemos darle al universo una característica de origen o  no existencia, idéntica a la que observamos dentro de él, eso es un error.

En resumidas cuentas, cuando en la Wikipedia en español, en la definición de nada, se comenta que al ser la ciencia realista y empírica, la nada es un escollo; la realidad no es esa, la realidad es que la nada, en el concepto de no existencia absoluta, simple y llanamente, carece hoy por hoy, de sentido dentro de la realidad que conocemos; es un concepto que emerge de suponerle a todo lo que potencialmente podemos imaginar, un origen tal como nosotros lo reconocemos, y esto puede ser un error garrafal, simple y llanamente. 

Las conclusión filosóficas del tipo, o encuentras un tiempo infinito o no vas a poder explicar el origen de las cosas, hierra en universalizar nuestro concepto de “origen”, y es por eso que la física, hace mucho tiempo, se separó de la filosofía. Ésta abre nuevos caminos, pero la física tiene que encontrar el bueno.
La ciencia se mueve a pequeñitos pasos, y su tratamiento de la nada es el más adecuado hoy en día en pos de un futuro de descubrimientos asombrosos. Noten que la idea del multiverso, vuelvo a repetirlo,  no es ninguna pájara mental con el fin de rellenar el origen de nuestro universo local, la idea es una predicción originada en la teoría de cuerdas y la inflación…si resultara ser cierta, y es más, si resultara este multiverso, eterno, pues miel sobre hojuelas…y si no  pues se seguirá trabajando

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