Terrícolas... solares, lácteos y universales.
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Así somos los seres animales: instintivos e irracionales unos,
inteligentes y mentales, otros.
Estos últimos, nosotros, somos los Seres Humanos, los que, más que pertenecer
a una división o nacionalidad específica, nos deberíamos denominar terrícolas… solares, lácteos y universales.
Con capacidad de razón, pensamiento, decisión, sensación y sentimiento.
Con espíritu y con alma.
Nacidos en un estadio superior;
todos, ¡a imagen y semejanza de DIOS!
Destinados a ser grandes y a grandes obras realizar;
a lo malo o a lo bueno por nuestra propia voluntad.
¡ Con libre albedrío.
¡Que gran bendición!
Si naciésemos de antemano programados, seríamos simples robots.
Somos seres humanos que "compartimos" entre nosotros y con los demás animales, con los demás seres vivos, este diminuto y microscópico tercer planeta del Sol.
¡Tercermundistas somos todos!
Y afuera… no hay vida. ¡Estamos solos!. . . ¡Muy solos!. . .
O, quién sabe a qué distancia muy lejos de nuestra imaginación,
podría estar el prójimo más cercano.
El que, por qué no, podría ser también nuestro hermano.
En fin, nosotros. . . aquí, flotando...
muy solos en el espacio.
Según el conocimiento actual no hay nadie más ahí afuera,
¡nadie!
descubierto ..claro
¿Será que por estar tan solos en este granito de arena,
Dios puso tanto empeño en su Creación,
para entregarnos este gran tesoro que nos dio?
Con tanta belleza, con tanta variedad, con tantos seres.
Colocando en un solo planeta, en una sola mancha de agua y tierra,
a muchos mundos juntos sobre élla.
Pero poniendo los pies sobre el suelo, sacudo mi cabeza aturdido, porque en esta Tierra que nos dieron y tenemos descuidada, siendo un único regalo, tan pequeña y solitaria, se escuchan con mucha fuerza, entre muchas otras, estas malas palabras: ¡Terrorismo!... ¡Guerra!... ¡Genocidio!... ¡Fanatismo!... ¡Intolerancia!... ¡Odio!... ¡Racismo!... ¡Crimen!... ¡Etnocentrismo!... ¡Codicia!... ¡Egoísmo!... ¡Exilio!... ¡Inmigrante! ¿Inmigrante?....
¡Ah sí! Y, ¿de qué otro planeta vino?
¿De qué otro sistema llegó?
¿A qué galaxia pertenece?
O, ¿es qué hay otro universo exterior?
Qué és lo que hemos hecho entre nosotros.
Qué le hacemos a los otros.
Qué és lo que haremos entre todos.
Qué tanto más duro será el destino, por tanta codicia y tanto egoísmo,
que desplegamos porque olvidamos que ¡todos somos hermanos!
Será que según mantenemos a los demás animales,
queremos estar nosotros mismos iguales. . . en vías de extinción.
Cómo es que estando juntos y solos en este puntito celeste, no convivimos
tranquilos sin que otros se molesten.
Cómo es que estando juntos y solos en este puntito celeste, no compartimos
o distribuimos justamente los bienes.
¿Será porque muchos creyentes, de una u otra religión, no aceptamos,
por cobardía o hipocresía, la ayuda y la guía de Dios?
¿Por eso decimos que es malo meter a Dios en la política
y en las decisiones de una nación?
¡Aja!... ¡La vil excusa del extremismo religioso!
Como los que no van a misa, o al culto, o no oran, porque la vecina chismosa o el vecino morboso también lo hacen.
O como el que no quiere nada con una religión, o con Dios, porque se nos "perdió"
un sacerdote o se nos “extravió” un pastor.
Si pensamos así y por eso tomamos distancia, entonces
¿qué hacemos cuando estamos enfermos o necesitamos de ayuda legal, por ejemplo? ¿no acudimos a un profesional, a pesar de los errores, involuntarios o no, que se comenten a diario?
Por los errores de algunos, como suele suceder en las ciencias, en las profesiones, a las religiones no las podemos responsabilizar o borrar, tampoco...
¡mucho menos a Dios! Somos los seres humanos los que fallamos.
En fin…
Lamentable.
Cada cabeza es ¡su mundo!, por eso el mundo está de cabeza.
Corregible.
(fuente: La República)
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