Déjame que te cuente una pequeña historia sobre la increíble América.
La historia no contada de las hamburguesas que se alimentaban los hombres quemados al sol que construyeron la bomba atómica.
Una historia de físicos borrachos, bombas atómicas y el nacimiento de la hamburguesa con queso más radioactiva del mundo.
La madrugada del 16 de julio de 1945, en medio de un tramo desolado y seco de Socorro en Nuevo México, los Estados Unidos detonaron la primera bomba de plutonio. Hubo 240 personas que tenían conocimiento de esta primera prueba nuclear, 239 de ellos eran científicos o militares, altos cargos políticos y el presidente de los Estados Unidos.
El único civil, con entrada de primera fila para ver el flash de la nube de hongo trémula, fue el tendero y cocinero J.E. Miera.
A principios de 1945, Miera fue el único anfitrión de un grupo de “buscadores” que intentaban alquilar pequeños establecimientos en medio de la nada, donde poder comer y utilizar el teléfono a todas horas.
Estos hombres dijeron que eran perros buscadores de roca y minerales, aficionados a pasar días y noches en medio de la nada…
En realidad entre los buscadores estaba, el vaquero atómico Robert Oppenheimer mano derecha del Proyecto Manhattan.
El grupo de científicos encontraron el lugar perfecto en medio de la nada, el bar de carretera, El Buho.
Un lugar aislado donde Miera se ganaba la vida no tan bien hasta la llegada de los `buscadores´.
Tenía teléfono, gasolina para sus jeeps, techo sobre sus cabezas y lo más importante: cerveza fresca a raudales y buenas hamburguesas con queso.
Además de… Chile verde con queso.
Montones y montones de verde Chile asado con queso.
Todas las noches en el bar del Buho, algunos de los hombres más inteligentes del mundo, asistían a la gran noche de Nuevo México. Beber y beber cerveza fría y comer hamburguesas quemando sus lenguas con el dulce y caliente chile. La piscina de apuestas para ver quien podía comer más hamburguesas, se encendía entre los científicos atómicos.
Uno de los ´flamantes` plusmarquistas del bar de Miera, fue el ganador del Premio Nobel de Física en 1944, Isidor Isaac Rabi.(18 Kilotones).
Y llegó la madrugada del día 16 de julio.
Miera, los soldados y los científicos, dirigieron su miradas a través de la distancia entre la puerta del bar del Buho y el infierno de la zona cero.
A las 5 horas, 29 minutos y 45 segundos, la bomba estalló. Una nube de muerte se elevó varios kilómetros, la explosión creó un cráter de casi 4 metros de profundidad , abarcando una extensión de más de un kilómetro.
“Nunca lo olvidaré, la tremenda explosión lo levantó todo del suelo, todo el mundo se puso rojo, y no precisamente de chile”.
Esa fue la forma en que el mundo terminó y esa fue la forma en que el mundo comenzó la mañana de julio de 1945….
Con lluvia radioactiva, la arena del desierto se convirtió en un cristal verde radiactivo llamado Trinitite.
Todo ser vivo quedó expuesto en cientos de kilómetros.
El ganado y la vegetación, incluidos los famosos cactus de donde se elabora el chile, comenzaron su peregrinaje mutativo.
Para entonces, el grupo de exploradores dirigidos por el vaquero atómico Oppenheimer, ya estaban muy lejos, dando la confirmación del éxito de la operación al presidente Harry S. Truman…
La siguiente estupidez de Truman ya todos la conocemos, Hiroshima y Nagasaki.
Fueron los comienzos fructíferos del nacimiento de la nueva hamburguesa atómica.
Hasta casi principios de 1950, los cazadores de recuerdos y los turistas emprendedores de aventuras, pudieron visitar la zona cero y a su vuelta, una parada obligada en Socorro donde poder degustar las hamburguesas con queso y chile del famoso bar del Buho.
El lugar de reunión de los eminentes científicos que montaron la primera bomba atómica. En 1950 fue sellada por fin la zona, fueron casi 5 años de sabrosas hamburguesas atómicas…
75 años después, el Bar del Buho continua en el mismo lugar, manteniendo el estilo de preparado de sus hamburguesas que tanto gustó a los exploradores del Trinity Site.
Eso si, parece ser que ahora libre de mutaciones.
vía: El baúl de Josete
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