martes, 27 de diciembre de 2011

Préstame tu corazón dos horas más...


Ahora tengo un cofre de recuerdos fugaces donde guardo fotografías instantáneas del relámpago infinito que dibuja sonrisas del detenido tiempo, aquel tiempo donde aguarda el corazón esperando a ser amado y entregado.

 Tengo dos horas para amar tu corazón.

 En mi memoria pasan imágenes de una cinta que rueda como un cortometraje sin fin que contiene las escenas de un guión.

 Gira y gira y gira reviviendo escenas que contienen los recuerdos abstractos de la media noche, viene ahora la escena del frío rostro de tus labios en los míos, pasa ahora a aquella en que el silencio de ese beso da vida a tu corazón en mis manos y mi corazón en tu sonrisa, ahora quiero adelantarla y la detengo en el eco de la música que cantas, mientras memorizo las huellas morfológicas del tiempo, la galaxia y tus palabras.

Préstame tu corazón dos horas más...


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