Piruetas concisas desmenuzando el tiempo, superficie angosta marcando
el devenir de una húmeda promesa al exprimir la existencia,
la pureza existe en la plenitud del esfuerzo, la condiciones pueden
ser honestas si recreamos con serenidad nuestros movimientos,
oasis imaginarios prosperan en los sueños perpetuos,
veleidades iluminadas sutilmente por la luna acabaran invitando
a la velocidad en las arterias a recorrer sin aspavientos los recovecos
del pensamiento, mientras nos asisten la necesidad de aparcar el enredo,
de convulsionar la creatividad y reinventar la eclosión de los escalofríos bajo la piel, diseñando alguna sonrisa para esmaltar la integridad de saberse renovado al asomar por la neblina cauterizada del descuido,
recreando al fin algún atisbo de esperanza, pero no basta proclamarse
Don Quijote y lidiar contra gigantes, palabrerías mundanas convertidas
en excusas, un fallo en la cordura desnudara la vulnerabilidad ante tus semejantes, la eternidad no se plantea regalarte nada, la suerte aun busca culpable para tus desdichas, mientras sigas agazapado en algún rincón
de tu impotencia no conseguirás ver el amanecer en todo su esplendor, ninguna lluvia de inoportunas casualidades podrá arrebatarnos la posibilidad de creer en la perseverancia para renovar
con bríos los votos para seguir sonriendo.
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