domingo, 22 de abril de 2012

¡El Orden es la primera Ley del Cielo!


¡El Orden es la primera Ley del Cielo! 
La Luz del Sol-Padre es, de por sí, tan brillante, tan potente, tan mística,
 que su gloria es misericordiosamente "suavizada" por los soles inferiores
 de cada universo. 
Cada sol inferior, al recibir la plena Luz desde el Sol-Padre,
 transforma y condensa la Luz y la Vida que viene desde ese sol a una rata vibratoria que puede ser absorbida y digerida por los planetas de su sistema y las evoluciones que sobre ellos avanzan.
 De igual manera es el Amor de Dios atraído a los cuerpos vivientes
de Grandes Seres, e irradiado a través de Ellos de manera tal que pueda 
ser sentido, comprendido y asimilado por las evoluciones en particular 
que se supone sean las beneficiarías de dicha radiación "graduada".

A fin de permitir que la humanidad de la Tierra reciba las bendiciones espirituales que tan fácilmente son absorbidas por la conciencia del Buddha en los Ámbitos de Luz mucho, pero mucho más allá del alcance hasta de las conciencias de los Maestros Ascendidos, el Señor Buddha se ofreció a bajar una vez al año la acción vibratoria de Sus Cuerpos Internos, de su Conciencia Crística Cósmica y Su mismísimo Ser, a la atmósfera de la Tierra. 

La radiación de una Presencia de esta índole se convierte en una fuerza activa, tangible y potente a través de toda la conciencia de la raza humana.