martes, 26 de febrero de 2008

La preocupación del Círculo.


Lo que le preocupa al círculo es ser cuadrado. Siente que como cuadrado renuncia a muchas de las direcciones del universo. Siente que, de hecho, está sujeto sólo a cuatro. Luego como cuadrado sigue pensando y se imagina que sus extremos están sujetos y en tensión, como lo estaría el cuerpo entre cuatro estacas. Sin embargo se sabe estable, robusto, seguro aunque sus anhelos de círculo le dan miedo. Preferiría no ir añadiendo puntos sino quitándoselos. Preferiría quitarse uno, no sin dolor, y ser triángulo. Pero del triángulo se dice que siempre hay un lado que se siente solo frente a los otros dos. Y aunque el triángulo sabe que eso es una tontería porque es equilátero, no puede evitar el deseo de desprenderse de ese otro punto de tensión. Este paso le resulta gigantesco, ya que quedan dos puntos unidos pero igualmente expuestos al mundo. La preocupación de la línea es que su compañera no sea su aliada sino su enemiga, y que no sabe si se encuentran, se separan o una se proyecta hacia la otra. No le parece justo a la línea tanta disputa y decide quedarse en punto. Y por fin ahora, que lo ha perdido todo, vuelve a ser redondo y respira aliviado diciéndose a sí mismo: “Después de tanto pensar será mejor sujetar esto con cuatro clavos”.

Adolfocanals@educ.ar

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