
Era un alquimista reconocido. Su manera paciente de construir una cadena de piezas de dominó era legendaria. No se conformaba con trazar hermosos recorridos ni atreverse a imposibles artificios dignos de un circo. Era muy exigente con sus experimentos. Solía colocar las piezas sin orden ni tiempo. No se imponía prisas para darles el empujoncito. De hecho, sus dominós solo se desplomaban cuando todas las piezas estaban en su sitio. Podía pasarse años meditando una secuencia precisa en la que una carambola terminaba en una explosión de silencio.
“La esencia del dominó”, les decía a sus atribulados alumnos, “es que al final no se ven los puntos, sino la línea negra que los une”. Esto se lo aplaudían mucho, aunque a él solo le interesaba el efecto que causaba esta imagen en la mente de sus pupilos. “La pastilla blanca siempre queda boca abajo”.
Un día este alquimista le pidió unas palabras. Las escogió con cuidado, las puso ligeramente inclinadas una junto a la otra y cuando todo estuvo dispuesto las animó con un empujoncito, tras pronunciar tal "Verbo" .Y fueron cayendo una detrás de otra, empujándose cada vez más lejos hasta que por fin se tendió la última a los pies de su amiga el Hada y entre los dos quedó, bien marcado, un largo camino que en ese instante compartieron.
Adolfocanals@educa.r
“La esencia del dominó”, les decía a sus atribulados alumnos, “es que al final no se ven los puntos, sino la línea negra que los une”. Esto se lo aplaudían mucho, aunque a él solo le interesaba el efecto que causaba esta imagen en la mente de sus pupilos. “La pastilla blanca siempre queda boca abajo”.
Un día este alquimista le pidió unas palabras. Las escogió con cuidado, las puso ligeramente inclinadas una junto a la otra y cuando todo estuvo dispuesto las animó con un empujoncito, tras pronunciar tal "Verbo" .Y fueron cayendo una detrás de otra, empujándose cada vez más lejos hasta que por fin se tendió la última a los pies de su amiga el Hada y entre los dos quedó, bien marcado, un largo camino que en ese instante compartieron.
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