martes, 29 de abril de 2008

¡¡¡ GUAU !!!



Fue un flechazo. Nuestras miradas se cruzaron a través del cristal de la tienda. Seguí avanzando calle arriba, pero no pude durante todo el camino, incluso ya una vez en casa, apartar mis pensamientos de aquel amable ser que minutos antes, y durante sólo un segundo, había posado sus cariñosos y juguetones ojos en mí, moviendo con un gesto no por desvalido menos gracioso las sedosas ondas de su abundante pelo blanco, y mostrándome en una franca sonrisa su sonrosada lengua.

Al día siguiente me levanté, me miré al espejo, me concentré, comencé a parpadear a toda velocidad hasta que por fin cerré los ojos, y cuando los abrí de nuevo lo supe con absoluta certeza: mi edad ya era avanzada, desconocía cuánto tiempo podía quedarme de vida, pero fuera cual fuera no quería vivirlo en soledad, y sí, deseaba compartir mi existencia a partir de ya mismo con la suya.

A través de un llamado telefónico no tardé en localizar el número de la veterinaria aquella.
Mi corazón latía acelerado cuando el vendedor me aseguró que no tendría que esperar al día siguiente para gozar, en mi propia casa, de la compañía de esa especie de ángel que horas antes se me había aparecido. Y lo cierto es que no me mintió, porque esa misma tarde me la trajeron.

Nunca pensé que a un perro como yo le resultara tan sencillo comprarse una anciana.

¡¡¡ GUAU!!!


adolfocanals@educ.ar

No hay comentarios: