jueves, 24 de abril de 2008

"Nooo va mássss"


Estaban allí, idiotizados, mientras las viejas se volvían ciegas en el tragamonedas, algunas tenían ejercitados sus pequeños brazos y dale que dale a la palanca esperando que tres frutitas coincidieran en esa pantalla fluorescente. Y cuando estaban por abandonar, tic tic tic tic tic, caían las moneditas y se volvían ricas, asquerosamente ricas, como esas tortas que se cocinan a la siesta y después de una semana nadie quiere probar, nadie quiere dar el último bocado porque el primero ni siquiera existe...

...Ellos también. Un maníaco sin emoción depositó todas sus fichas a la tercera docena. El que tiraba la bolilla se hizo el distraído, y cuando aquél se retiraba en una jugada para volver a la siguiente, salían todos los números del veinte para arriba y la calentura del tipo ofuscaba a los presentes.

...El vicio es el vicio, hermano. Mucho humo de cigarro, muchas copas dispersas, una pantalla que nadie mira y los viejos que se van de trampa...Y todos que se desesperan, que se vuelven locos. La guita tiene eso, hermano, la guita te lleva por senderos que jamás imaginás. Vos la ves y es un papel mugroso, todo arrugado, pero cuando te falta, ¡mamita!, qué dolor..."

Un jugador compulsivo me contaba esto mientras sacudía los vacíos bolsillos de sus pantalones. Estaba solo en el mundo. Lo habían dejado abandonado. "Nooo va mássss", dijo el de traje blanco.

Y al hombre se lo llevaron tapado bajo una sábana; "Nooo va mássss"

Que salgan los cinco bonus... y Jakpot...

adolfocanals@educ.ar

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