jueves, 24 de abril de 2008

Un peligroso pacto.


Hoy quiero contar, pero que nadie me escuche. Necesito pactar un secreto con el Universo, para que me ignore unos instantes, para que no sepa de mí, para que obvie mi presencia...

...Resulta que quiero anunciar algo, pero lo callo. ¿Qué será?. Ah, yo no lo sé. Porque si de veras lo supiera, entonces no le pediría esa tregua a la Inmensidad que allí me mira...

...Otra vez nosotros solos. El infinito y yo. Y por más que nos miremos, por más que nos reconozcamos como inseparables amantes de lo metafísico, ya no podemos continuar esta mentira. Uno de nosotros dos, está de más.

- ¿Por qué, si yo puedo abarcarlo absolutamente todo? - dijo una voz proveniente de la Infinitud.

- Porque si hubiera lugar para los dos, no habría contradicción posible y jamás hubiera tenido esta chance de manipularte...

...Y uno de los dos jamás volvió a sentirse igual.

Cuentan que cuando la Eternidad dijo eternamente adiós, el Hombre alcanzó su deseo de estar solo para anunciar su gran Verdad. Pero no tuvo palabras.

Adolfocanals@educ.ar

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