miércoles, 30 de abril de 2008

Palabras con poder.


A veces es complicado definirse a uno mismo.

Encontrar una explicación propia e inequívoca para ese ser humano que somos; conjunto único de imperfecciones y virtudes modeladas por el carácter y la experiencia.

Podemos hacer una profunda reflexión mirándonos al espejo, pero el resultado ( ampliamente vapuleado por nuestra inherente subjetividad) no será para nosotros ni la mitad de interesante como descubrirnos en los ojos de los otros.

Por otra parte una opinión real y sincera es también muy difícil de conseguir.

No nos queda entonces más remedio que hacer un dudoso combinado y examinarnos como si fuéramos extraños.

¿Y cómo se hace eso?.

Por medio del poder oculto de la palabra. Examinando la forma de expresarnos.

La mayoría de las personas están convencidas de que cuando hablan, las palabras que utilizan sólo se refieren a las cosas que ellos quieren contar, reflejando únicamente el significado de aquello que designan.

Pero el escoger unas y no otras, la combinación resultante, la utilización; revelan una forma particular e intransferible de entender el mundo que nos rodea.

Las palabras se convierten así en un sello de identidad, reveladoras de un yo interior desconocido hasta por nosotros mismos; revelan nuestras emociones, nuestro pasado, nuestros miedos.

Y la creación de palabras es tan infinita como el ser humano.

Cada día surgen nuevas expresiones, unas no llegan a pasar del ámbito familiar, otras se extienden hasta crecer lo suficiente para integrarse en la vida diaria hasta que ocupan su correcto lugar en un diccionario. Aquí va un ejemplo.

Vepué y el comohé… dos términos muy usados en el norte Argentino, digo Salta.

Vepué = te das cuenta que era de la forma que se planteó.
comohé = aquello que te quería preguntar... era ?

Que peligrosamente te hacen pegadizos en uno… vepué.

Respecto a la "infinitud" del ser humano, según dicen andamos por los 7.021 millones de habitantes en la actualidad. Claro hasta el instante que se hizo tal relevaiento.

Teniendo en cuenta un cálculo completamente orientativo, han existido hasta ahora 147.700 millones de personas.

Todas completamente distintas; con huellas distintas, con caras distintas, con experiencias distintas. Siguen naciendo más. Da mareo sólo pensarlo.

Y todavía hay quien busca el infinito alzando la vista hacia el universo.

Vepué que habrán palabras con poder.

Adolfocanals@eeduc.ar

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