martes, 8 de abril de 2008

Virus.


Se han apoderado de mí.
Han invadido mi cuerpo, piojosos virus.
Y aunque quiera echarlos he de esperar
a que se cansen de jugar conmigo.
Quizá me venga bien para ciertas cosas,
pensar y todo eso.
Pero cuando sube la fiebre,
y me despierto a media noche,
embargado de la emoción del afecto que me profesan
no hago sino despotricar de su venida.
Me abrazan, me acarician con sus patitas
que quien sabe por dónde pasearán,
hasta que rendido de quitarme mocos
abro la boca para tomar bocanadas de aire
que me alivien los interiores conquistados.
Espero que en unos días se marchen o se deshagan
en algún repentino encuentro con los antibióticos
aburridos ya de machacar mi cuerpo
Mal paridos virus.

adolfocanals@educ.ar

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