Un cuento sin nombre... ( Elisa G.)
Entró en un café, pidió uno, un capuccino (como siempre), encendió un cigarrillo, y de sus ojos comenzaron a caer como por arte de magia, gruesas gotas de pena cristalina y salada. Su cabeza no pensaba nada, solo sentía que la tenía abombada y no era capáz de coordinar idea alguna. Se quedó sentada por un largo rato, no supo cuánto, una hora, dos... no supo. Sólo esa cascada que caían por sus mejillas y que no podía contener.
Logró coordinar alguna imágenes en su cerebro y como repentinas fotografías pasaban sus hijos, su familia, su pasado, su presente y su arrebatado futuro. Su futuro que no existía y que no tendría. Pidió la cuenta, encendió un último cigarrillo, lo fumó con ansias...secó sus amargas lágrimas. Se levanto, como siempre, lentamente. Acomodó su pelo y se fué más aliviada. Con la firme decisión de que nadie sabría lo que le ocurría. Siete meses de cruel calvario pasarían volando. Nadie se enteraría. Siete meses...nada más le quedaba. Orgullosa, erguida, y dolorida salió nuevamente a la calle ya atiborrada de gente, con un sol abrasador. Pensó: qué agradable el calor de éste bendito sol, me abriga el alma y me calienta la pena. Es mi último verano...disfrútalo"
adolfocanals@educ.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario