
mi padre mira al cielo todavía.
Contempla los crepúsculos sin miedo
y pide un día más, tan sólo un día.
Desea sentir siempre el gran milagro
de las horas abiertas a lo mágico.
Cada minuto
es su bendición,
absorbe los segundos
con la ansiedad de alguien
que vaga con la prisa por el tiempo.
A pesar de los años
mi padre escucha el canto de los pájaros
y aprecia los poemas de la bruma.
Ana Muela Sopeña
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(Tiene 86 años y disfruta intensamente de todo)
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