Ella & Él
Él
El médico le dio pocas semanas de vida
Se dejó amordazar por abrazos de cables
y amenazas de tubos
Abominó los segundos
Esperó
Ella
En la otra orilla del mundo ella se siente incompleta,
inacabada,
abomina los segundos,
anhela los abrazos
Espera
Nunca llegaron a verse
¿Para qué? ¿ Por qué?
atacar, atacar, atacar…. cansancio…
¿por qué? ¿con qué fin?
enterrar la espada y probar el colchón…
soñar, viajar…
despertar y atacar nuevamente,
cualquier arma es buena:
daga, mágnum, veneno, sarcasmo, zancadilla, saliva…
escalar, mientras más cerca está la cumbre más lejos se la ve,
el estandarte en la otra mano dificulta la subida,
pero al llegar es preciso clavarlo,
es preciso que quede nuestro nombre y no el de alguien más…
una pausa, los competidores se acercan, halan los tobillos,
intentan pasar a como de lugar.
la roca es dura, no llora, hay que aprender de la roca… llegar, por fin llegar,
respirar, vacío, sólo vacío, tanta sangre derramada y un gran
“¿para qué?” repetido por la ninfa Eco.
una vez más hemos sido Narciso,
nos hemos ahogado intentando capturar nuestro propio reflejo…
llorar a raudal abierto, ablandar a la roca con nuestras lágrimas,
descubrir que tiene corazón y nos habla,
la roca nos cuenta su historia antes de la historia,
nos cuenta como detesta que la pisoteen con prisa y desdén… descansar,
contemplar el juego de perder y ganar, voluntariamente tumbar
a la Reina en el tablero y decir:
ahora he de vivir de otra manera, porque siempre hay otra manera
y si no la hay está la imaginación para inventarla…
crear y, por primera vez, volar.
finalmente comprendemos que nuestra única motivación era el miedo
y en esta vida hay mucho más que miedo,
ir más allá de él nos ayuda a agitar el caleidoscopio en nuestra mano
—el cual ha sustituido al estandarte—
para sumergirnos en aguas de imágenes distintas.
La niña y el Hada
La niña dijo "No creo en las hadas" y un hada murió bajo su cama.
Años después, la niña cayó muerta de pronto.
En algún rincón del mundo alguien había dicho:
"No creo en los niños".
Ese día las hadas lloraron de tristeza,
más doloroso que saber que los niños habían
dejado de creer en ellas
era saber que el mundo había dejado
de creer en los niños.
de Hadas negras y blancas ...
Que al Hada Blanca de repente le dio por vestirse de negro
y caminar durante las noches de luna nueva, que la lluvia le lavó el rostro
y la obligó a reconocerse de nuevo y supo que debía caminar
por pasajes oscuros porque allí también se aprende de la vida,
que tantos días de sol terminan por nublar el juicio
y restar fortaleza a la espada que sostiene el alma.
Que al Hada Negra le dio por probarse vestidos de novia
y salió del subsuelo para ver a qué saben las nubes
y se sorprendió cuando oyó el canto de las aves dando la bienvenida al Padre Sol.
Que caminó hacia el mar y lo vio distinto a la luz del día,
que no supo comprender su lenguaje,
pero igual la embelesó.
Que anda en busca de novio el Hada Negra
porque le dio por leer historias de príncipes azules.
Que el Hada Blanca ahora conversa con los búhos y retoza en las cuevas de lemures indiscretos,
que le dio por aprender a tocar el saxo y bailar con el fantasma de Louis Armstrong,
que ella nunca había escuchado What a Wondeful World y ahora siente
que se le enciende el alma
y puede brillar cual árbol de Navidad.
Que el Hada Negra ahora devora helados de vainilla cuando
antes prefería los de chocolate,
que le da un poco de miedo la nieve ¡tan blanca!
y los armiños que vienen a lamer su mano.
Que se ha enamorado de un mortal de ojos azules y aún no sabe que
los caballeros las prefieren rubias y tal vez es mejor que no lo haga porque
le puede dar por teñir su negra cabellera.
Que el Hada Gris no existe,
ni es la suma de ambas,
porque siempre andaría triste
y un poco desabrida sin saber a qué mundo pertenece.
Que un día el Hada Negra será llamada por la Luna
y allí reinará de noche en mundo blanco
y el Hada Blanca descubrirá una mina de azabache
y comprenderá que aun de día la belleza gusta de ocultarse en lo profundo.
¡¡¡ Hasta mañana !!!
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