La hormiga argentina, a pesar de ser originaria de Sudamérica,
concretamente de Argentina, Paraguay, Uruguay y el sur de Brasil,
ha conquistado gran parte del mundo gracias a múltiples actividades que el hombre
realiza a diario; el turismo, la inmigración y el transporte de mercancias
han sido los factores predominantes para que su expansión haya alcanzado tal magnitud.
Gran parte de Europa, EEUU y Japón son los territorios colonizados
por estos ambiciosos insectos. Su espíritu invasivo la incita a atacar cualquier animal
que habite una zona determinada.
Un estudio dirigido por Eiriki Sunamura, de la Universidad de Tokio, reveló que no se trata de varias colonias repartidas por el mundo sino que estamos hablando de una gran colonia
ya que su estructura genética es similar.
Se recogieron varios ejemplares de los distintos lugares que habita y cuando se encuentran, frotan sus antenas y se reconocen como miembros de la misma colonia a pesar
de estar distanciados por miles de kilómetros.
Crisanto Gómez, autor de un estudio publicado por la Royal Society of London, afirma
que "la situación es muy seria porque aumentará su expansión con los cambios climáticos
y hasta ahora no se halló remedio a su enorme avance".
Su repercusión también influye en el ecosistema dado que se alimentan de vegetales y ahuyentan a los animales que se alimentan de lo mismo porque no se atreven a acercarse por miedo a ser atacados.
Sin duda alguna, se trata de una especie muy bien organizada que no contempla la violencia entre sus miembros y su expansión va en aumento.
¿Seremos en un futuro víctimas de su ferocidad?
¿Cómo evolucionarán los ecosistemas?
¿Cuántas especies acabarán aniquiladas?
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