Los Beatles llegaron por primera vez a los Estados Unidos en febrero de 1964 y lo hicieron precedidos por un abrumador éxito y expectativa mundiales. Igualmente por esa época despegaba la meteórica carrera de Muhammad Ali, quien aún utilizaba el nombre de Cassius Clay, y que fue para muchos el más grande boxeador de todos los tiempos.
El día 18 de febrero tuvieron la oportunidad de coincidir en Miami.
Este famoso encuentro fue arreglado por la prensa del espectáculo.
Los Beatles venían de tocar en el show televisivo de Ed Sullivan, registrando una cifra record de televidentes hasta ese momento: 75 millones en todo Estados Unidos.
Cassius Clay estaba en Miami entrenando para su primer combate por el título de los pesados, título que terminó ganando días más tarde a Sonny Liston.
Todos eran muy jóvenes en aquel entonces, John Lennon tenía 23 años, George Harrison 17 y Cassius Clay 22.
El boxeador siempre tuvo una personalidad extrovertida, arrolladora,
y le gustaba hablar más de la cuenta, de hecho, en cada entrevista que
le realizaban aprovechaba para decir que él era el más grande boxeador
de todos los tiempos.
Igualmente los ingleses eran impulsivos en sus declaraciones, recordemos aquella ocasión que John dijo que su grupo "era más conocido que Jesucristo".
Razones no les faltaban, eran grandes en lo que hacían y a la prensa le pareció atractivo un encuentro entre esos egos gigantes.
La cita tuvo lugar en el gimnasio donde entrenaba Cassius Clay.
Después de algunos flashes y bromas, quedó como evidencia y testigo
una histórica foto donde los cuatro de Liverpool simulan recibir un golpe
del boxeador.
Después de atender a los medios -ya sin fotos ni grabadoras- se pusieron a conversar más distendidamente.
El boxeador se mostró sincero con los músicos y les dijo:
“Ustedes no son tan tontos como yo pensaba”,
a lo que Lennon respondió bromeando:
“En cambio tu si eres tan bobo como nosotros pensábamos”.
Antes de irse, Cassius Clay levantó a Ringo y lo sujetó a medio metro
del suelo, lo arrojó hacia arriba y le deseó buena suerte.
Los otros tres Beatles, George, John y Paul, observaron
la escena entre carcajadas.
vía: sentado frente al mundo.
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