domingo, 10 de febrero de 2013

Fertilidad ... de Almas (25345)

Abrió los refrigeradores y sacó uno a uno todos los recipientes. 
Habían pasado los años estipulados por la ley. 
Embriones sin padres, huérfanos de voluntad. Nadie venía a reclamarlos. 
Sería él mismo, el responsable de su vitrificación, quien les daría la libertad:
 como quien esparce las cenizas de sus muertos, el doctor diseminó el contenido de las neveras 
por la clínica. 
No pudo prever que, nueve meses después, gracias a la insistente menstruación de luz
 de la luna, un campo de mandrágoras gritaría su nombre en un aullido unísono,
 múltiple y desgarrador.