viernes, 3 de julio de 2015

Ajuar...


Benditos los cajones de tu pieza
que guardan la nocturna lencería
y el raso de la blanca epifanía
que enmarca tu belleza,
atuendo de febril delicadeza,
urdido con hilván de hechicería,
vestuario incandescente de ambrosía,
ajuar de niña alteza.
Bendito el universo del bordado
y el viento que desnuda
las célibes puntillas de tu traje,
la seda lujuriosa del pecado,
el oro de tu muda
y el fausto sortilegio del encaje.

Del libro De diluvios y andenes.